sábado, 1 de mayo de 2010

Cuando estudiar.

¿Quien habrá sido el loco que pensó que durante la infancia, adolescencia y juventud es la temporada perfecta para adiestrar a los alumnos en las ciencias exactas e inexactas que forman la vida natural y humana en conjunto?

A penas unos días atrás a mi pequeña le pidieron como tarea de la clase de música investigara quien había sido Mozart y que había hecho en su vida, bien gracias a mi largo paso por diversas escuelas pero en especifico a la secundaria, preparatoria y universidad yo sabía algo al respecto del susodicho, pero para no meter la pata confiándome de mi sabiduría, nos echamos un clavado a la red y la wikipedia nos aclaro varios puntos e incluso nos dio muestra de sus obras y mostró puntos que ciertamente no sabia o recordaba al respecto del personaje.

Hoy ya han pasado algunos días de que recibimos la información y yo recuerdo lo que leí casi como si lo estuviera leyendo en ese momento, durante mis días escolares no me dio problema en demasía recordar las cosas, pero estoy segura de que mi capacidad de procesamiento de datos y de búsqueda de información dentro y fuera de la red no se compara en nada con la que poseo en este momento.

Insisto quien dijo que los mejores años para la vida escolar son los primeros. Cuando era niña solo podía pensar en jugar, no veía la hora en que sonara el ansiado timbre que anuncia la salida al recreo, correr y jugar con las amigas, platicar y platicar de cosas de niñas, después cosas de adolescentes (ahora ya no tan serias ni importantes como antes), y un poco después cosas un tanto mas de juventud (los novios, las salidas, películas, seguramente los niños y jóvenes de ahora ya no piensan en esas cosas) Había mil cosas que hubiera preferido hacer que pasar nueve años de mi vida aprendiendo las bases de la escritura y ciencias en general, pero, aun más había billones de cosas que prefería hacer en lugar de ir a la universidad, para empezar la carrera que tome no era lo que yo quería hacer de mi vida no me quedo de otra por que la carrera que me atraía era muy costosa para que mis padres la pagan total o parcialmente y como en ese momento mi padre aun era el hombre mas sabio del mundo seguí su obligado consejo de tomar esa carrera y al terminar pagarme yo misma la otra.

Jajajajaja, ¿quien en sano juicio hace y cumple en totalidad con algo que NO goza.?

Bien un día decidí que no era lo que quería y valiendome de una mentira lo abandone, con la promesa de retomar, cosa que hice, pero entre que deje la escuela y volví pasaron mil cosas, pero esa es otra historia, y si antes no me apasionaba volver.... Una vez que conocí lo bello de la vida como volver a la obscuridad de una rutina sin sabor.

Hoy en día no estoy segura de tener las condiciones económicamente óptimas para ello pero si la madurez psicológica para iniciar nuevamente una carrera universitaria, mi capacidad de atención, retención y mi ausencia de necedad de socialización me convierten creo yo en el candidato perfecto para tomar y finalizar una carrera universitaria, cosa que hace seis años no era, hoy se quien soy, que quiero y hacia donde voy, que me hace feliz y que no, lo que quiero lograr y lo que no.

Que quede asentado para las futuras generaciones creo firmemente que no es posible obligar a los jóvenes a estudiar esto o aquello esperando decidan sobre un futuro que no se ve claro de ningún modo, debería ser obligación de todos asegurarnos que los jóvenes van hacia donde quieren ir realmente y no hacia donde nosotros los padres los dirigimos consiente o inconscientemente.

Cuando estaba en la secundaria una de mis amigas (vecina) fue obligada directamente por su madre a elegir una escuela donde estudiaría enfermería (Carrera que su madre practicaba) y cuando lo comente con mis padres ellos no paraban de decir que eso no era posible que su madre debería dejarla estudiar lo que quisiera, pero por otro lado, insistían con ahincó en que yo entrara a una escuela preparatoria o vocacional cosa que me permitiría continuar con estudios superiores sin problemas aparentes.

En ese momento yo quería estudiar una carrera técnica y ser secretaria, cosa que no era buena idea a los ojos de mis padres, nunca lo dijeron directamente (lo de que no era buena idea) pero ellos soñaban con que estudiara una carrera universitaria que me hiciera ganar millones y así tener todo lo que no me habían dado, sin reparar en que todo lo que no me habían dado y lo que si me habían formado como la persona que era en ese momento y que hoy soy con las mejoras que se han integrado a mi con el paso de los años y las grandes experiencias que como ser humano he experimentado a lo largo de mis días.

Hoy se que soy quien soy y valgo por ello más de lo que nadie se imagina, que los millones o miles de pesos que pude o no ganar al tener una licenciatura y un titulo que lo avalara no comprarían ni una milésima parte de lo que tengo y la felicidad que llena mis días.

Hoy soy feliz, las carencias y excesos que tengo son parte de mi vida y de lo que forma mi felicidad así que no lo cambiaría por nada.

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