lunes, 8 de agosto de 2011

Alzando la voz

Saben, tiendo a ser una mujer muy diplomática, los que me conocen en verdad lo saben, pero a veces la diplomacia apesta.

Dicho eso, pasare a lo que realmente me atañe, la razón de este post, así que no se me pongan impacientes, realmente al final de la lectura sabrán de que les hablo, bueno, quizá antes.

Harta de que quienes no me conocen me consideren una mujer, carente de sentido común, autoestima, voluntad propia, mojigata y hasta quizá maltratada, he decidido alzar la voz, y no, no es en contra de mi esposo, es en contra de ellos y ellas que aun sin conocerme se atreven a asegurar cosas como que "Mi esposo NO me deja trabajar".

¿Quienes son ellas y ellos?, ¿con quien están casados?, que piensan en el matrimonio como una relación de dominación, ¡¡Yo NO necesito pedir permiso para hacer lo que yo quiera!!, ¿ a caso ustedes si?.

Para ser sincera considero que el contrato matrimonial, es un acuerdo al que llegan dos personas para compartir su vida juntos, y por su puesto con contrato matrimonial no me refiero ni al documento legal que avala la vida en pareja ni al rito religioso por el que algunos pasan (cualesquiera que fuera).

Hay quien se casa por que tiene que hacerlo, quien se casa por que lo obligan, por que así lo decidieron sus padres, antes de que si quiera hubiesen nacido o cuando eran niños aun, por interés económico, por amor, por que la edad los estaba convirtiendo en solterones, yo que se, cada cabeza es un mundo y cada quien tendrá su razón.

Incluso hay quien decide no casarse.

Yo, señoras y señores, me case, por que al día le faltaban horas para poder pasarlas con quien hoy es mi más grande amor, apoyo y amigo.

Cuando recién nos casamos, teníamos un plan de vida (que más tarde cambiaría), vivir juntos, trabajar cada quien en su ambiente y viajar hasta que al mundo no le quedara un rincón sin que lo conociéramos. Niños, no, con ellos no se podría llevar este tipo de vida, es egoísta e inestable y los niños necesitan estabilidad, tiempo y cariño.

Pronto las cosas cambiaron y las hormonas e instinto maternal, me hicieron sucumbir y así, plantee la idea de un bebe, un hijo nuestro que acaparara, nuestro tiempo, dinero, sueño y vigilia, muy a sabiendas que nuestro plan anterior perdería toda vigencia. El acepto.

Con el conocimiento de un embarazo, mis prioridades cambiaron.

Yo nací y crecí en una familia de mujeres, madres trabajadoras, conocía la vida de un niño con una mamá que trabaja, y de voz de mi propia madre el dolor de la misma al no poder asistir a eventos escolares y los reproches de los retoños por lo mismo, aun que estos mismos fuesen completamente comprensibles, uno cuando es niño se esfuerza por hacer las cosas bien y agradar a sus padres y donde están los padres cuando hay que mostrar el resultado de ese esfuerzo, pues bien, ellos están esforzándose también, pero lejos.

Hablamos, yo no quería trabajar más, mi trabajo sería ella. Cuidarla desde que supe que crecía en mis adentros hasta que ella misma solicitara su espacio y libertad.

Así han pasado ya siete años de matrimonio y seis de maternidad, de los cuales no me arrepiento ni un momento, mi esposo es un buen proveedor yo, soy una buena madre. Nuestra hija ha crecido y yo no me perdí ni un momento de estos hermosos, y pesados años, estuve con ella para ver sus primeros pasos, el primero en verdad, estuve aquí cuando dijo su primer palabra, cuando entro a la escuela, cuando dio su primer discurso frente al publico y cuando fue nombrada parte de la escolta.

Es la mejor niña del mundo, hasta hoy no he encontrado quien diga lo contrario, maestras y amigas me felicitan, y yo orgullosa recibo esas felicitaciones, por que ella es en su totalidad el resultado del trabajo más pesado que pueda tomar una mujer, es producto de mis desvelos y mal pasadas, de mis callos y mis heridas, de mi sudor y mis lagrimas.

Y quien se atreve a pensar que hay vida mejor que la mía, se equivoca, mejor piense en su vida, por que la mía es plena como pocas.

Quien piense que no trabajo por que no recibo una compensación económica se equivoca, o es que ¿a caso los peones de una hacienda no trabajan solo por que no recibían dinero por su trabajo?

Ah y por cierto yo si recibo una compensación económica por mi trabajo, tan es así que tengo una tarjeta de debito en la que quincena con quincena me depositan mi salario.El uso que le doy a ese dinero es mi problema o es que ustedes mujeres que trabajan se gastan cada céntimo de lo que ganan en frivolidades y no cooperan con el gasto de su casa, no compran ropa para sus esposos e hijos. Pues con mi dinero yo hago lo mismo que ustedes, una parte es para la casa, otra para mi familia y otra para mi, para lo que yo quiera, como comprar a mi esposo un regalo de navidad.


Soy una mujer capaz e independiente que hace lo que le gusta y es feliz, ¿ustedes pueden decir lo mismo?. Yo no las juzgo, ni creo que sus esposos sean malos proveedores por que las hacen trabajar, ni que sean malas madres por dejar la educación y formación de sus hijos a otra persona, ni las considero egoístas materialista por que prefieren tener dinero que pasar tiempo con sus hijos, ¿por que me juzgan ustedes? ¿ por que juzgan mi matrimonio y/o a mi esposo?

Soy tan capaz, que no necesito que me lleven a ver a mi mamá, voy a verla cuando quiero
No necesito que mi esposo llegue a casa para destapar el desagüe del fregadero, lo hago yo
No necesito que nadie me cambie una llave o agregue una llave de paso, lo hago yo
No necesito que me compren lo que yo quiero, me lo compro yo

Tengo un esposo cariñoso, comprensivo, inteligente y seguro de si mismo, que no siente amenazada su hombría por que yo trabaje, es que yo no quiero hacerlo y el es suficiente para proveer como para que yo pueda, si quiero quedarme en casa a ver TV el día entero.

Yo si soy una mujer integral, capaz y completa, pero sobre todo FELIZ. Tan es así que no voy por la vida fijándome en la de los demás.

Así es como Yo vivo mi vida.

Alzando la voz por Adriana Montoya C.